EL RETABLO PERDIDO DE LAGUARRES.

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(O DE CÓMO LA IGLESIA SI PROTEGÍA EL PATRIMONIO DE LOS PUEBLOS ALTOARAGONESES).

Casi por casualidad, como suelen pasar las cosas importantes en la vida, llegó a mis manos información sobre la tesis doctoral de doña Carmen Berlabé Jové, titulada: “El Museu Diocesà de Lleida. La seva formació i la legitimitat del seu patrimoni artistic”, brillantemente defendida en la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona el 27 de noviembre de 2009.
          Debo a la amabilidad de la autora los documentos que publicamos a continuación, íntegramente, sobre la venta de parte de un retablo de Laguarres, a principios del siglo XX, por el entonces cura párroco, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, ni mucho menos solicitar permiso de sus superiores eclesiásticos… Creemos tendría sus buenas razones para tal actuación, posiblemente relativas a alguna reparación urgente del templo o de alguna ermita, para las que necesitaría dinero. Y desconocemos también las características del citado retablo, y en que ermita estaba ubicado, de las dos existentes: San Sebastián o la Virgen del Llano.
          Tampoco queremos juzgar u opinar sobre su actuación, aunque resulta evidente que fue objeto del reproche de sus superiores, pues fue procesado por este hecho.
          El asunto llegó a conocimiento del Obispo de Lérida, su superior jerárquico, suponemos que por la queja del Ayuntamiento de Laguarres, o de algún vecino, ante la “desaparición” de parte del retablo. Y el Obispado incoó un procedimiento judicial contra el párroco, llegando a procesarle por este asunto, y únicamente se libró de que se dictase sentencia canónica contra él al haberse producido su fallecimiento mientras se tramitaba el proceso, y terminar por tanto el pleito.
          Si sabemos que se consiguió recuperar un total de 810 pesetas, cifra realmente muy elevada en 1912, hace un siglo, por lo que suponemos que el citado retablo debía de ser de gran valor artístico, y que la venta se realizó por 1.000 pesetas. En la documentación se habla de “parte de un retablo del altar de una ermita de dicha parroquia”, por lo que debemos entender que la sustracción fue parcial, seguramente la parte más notable, del altar correspondiente.
          Para doña Carmen Berlabé Jové es posible que la otra parte del retablo “quedase en la parroquia o porque lo que se conservaba en el momento de la venta era un retablo incompleto. Yo me inclino más por esta segunda hipótesis, que suele ser la habitual”.
          La actuación del Obispado de Lérida fue impecable, y es justo reconocerlo, cuando tanto se ha criticado la –supuesta- labor depredadora en las parroquias de la provincia de Huesca pertenecientes a dicha Diócesis, pues consta acreditado lo siguiente:
     1. Procesó al párroco autor del desaguisado. 
     2. Ingresó en la Caja Diocesana el dinero recuperado.
     3. Lo entregó al siguiente Párroco de Laguarres, atendiendo su 
         petición para poder realizar obras de conservación del templo,
        restituyendo así el producto de la venta a su legítimo propieta-
        rio, la Parroquia de Laguarres.
          El asunto llegó incluso a conocimiento del Nuncio de Su Santidad en España, quien otorgó la autorización preceptiva, conforme con la propuesta del Obispado de Lérida, para que: “…según propone, pueda declarar saneada la enajenación de referencia, empleando la cantidad depositada en la caja diocesana en beneficio de la parroquia de Laguarres”.
          Hay que hacer constar, en descargo del fallecido Párroco de Laguarres, que vendió el retablo sin la preceptiva autorización del Obispado, que la cantidad restante entre el dinero obtenido, 1.000 pesetas, y las 810 que entregó al Obispado, es decir, 190 pesetas, tuvieron un fin lícito: “…se salvaron ochocientas diez pesetas…y lo restante del precio hasta mil pesetas, producto total, se invirtió en objetos del culto de la expresada parroquia…”.
          Transcribimos a continuación la documentación correspondiente, que forma parte de la meritada tesis doctoral de doña Carmen Berlabé Jové, a la que reiteramos de nuevo nuestro agradecimiento por su valiosa aportación a la historia de Laguarres.

Laguarres, mayo de 2013.

Ramiro GRAU MORANCHO,
Autor de LAGUARRES, APUNTES HISTÓRICOS (2009).

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