VISITAS PASTORALES DEL OBISPO DON JOSÉ MESEGUER A LAGUARRES.

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Debo a la amabilidad de doña Carmen Berlabé la información que reproducimos y comentamos a continuación, sobre las visitas pastorales a Laguarres del Obispo de Lérida don José Meseguer i Costa, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Aparecen en el libro titulado “El dietari del bisbe Josep Meseguer i Costa i el Museu Diocesà de Lleida”, publicado por Pagés editors, Lleida, 2009, y del que son recopiladores doña Carmen y don Isidre Puig.
          Meseguer fue nombrado Obispo de Lérida en 1889, y permaneció en el cargo hasta 1905, en que fue promovido al Arzobispado de Granada. Durante sus veintipocos años de Pontificado impulsó la creación del Museo Diocesano de Lérida, que él mismo formó con piezas provenientes de Parroquias y ermitas, que se encontraban medio abandonadas, y corrían el riesgo de ser  expoliadas. Construyó el Seminario, actual sede del Rectorado de la Universidad de Lérida, y apoyó la construcción del Canal de Aragón y Cataluña.
          Las visitas pastorales son una obligación que la normativa eclesiástica impone a los Obispos, para que al menos una vez cada cinco años, vayan personalmente a todas las comunidades parroquiales de su Diócesis. Ese conjunto disperso de normas jurídicas, tanto espirituales como temporales, era conocido como el “Corpus Iuris Canonici”. Posteriormente, en 1917 se promulgó el Código de Derecho Canónico que regula la organización de la Iglesia Católica.
           Un Obispado tan grande, entonces, como el de Lérida, y los medios de locomoción de la época, a lomos de mula o  caballo, evidentemente suponían un duro viacrucis para el Obispo, de edad avanzada, para la esperanza de vida, y acostumbrado a vivir en Palacio, cómodamente. Pero Meseguer cumplía con sus deberes y en 1891 realizó su primera visita pastoral:
          “1 de julio. A las 6 de la mañana salida para Laguarres. Se visitó la ermita de S. Medardo, está bien. Un poco más adelante la capilla de San Vicente Ferrer y cementerio adjunto particular de la familia de (Piniés). En Laguarres. A las 9 ½ llegada, plática y visita. Se cantó el responso en el cementerio, afeando al municipio el abandono en que está y previniendo no se enterrase más en él si muy pronto no se hace otro nuevo…y se oficia al gobernador civil de Huesca para que obligue al municipio… Antes de salir, a las 4 de la tarde, vino comisión de este pueblo y entregó una sentida queja contra el párroco”.
          Desconocemos quien era el párroco al igual que ignoramos los motivos de la citada queja, y el caso que el Obispo les hizo.

          Varios años después, en 1895, realiza una segunda visita a la localidad:
           “13 de Julio. Se sale para Laguarres el 13 a las 6 de la mañana, llegada a las 9 de la mañana, visita, etc. El cementerio que la otra vez ya se dijo se hiciese nuevo aún no se ha hecho, está señalado el local pero se les exhorta a que luego hagan las paredes…”
          Como puede verse la desidia ya era tradicional en nuestros pueblos, siguiendo el dicho de que lo que puedas hacer hoy, déjalo para mañana.
          No obstante, Laguarres era pobre, como todas las localidades de La Ribagorza, y al Ayuntamiento no le sobraba el dinero, ni los vecinos tenían demasiado interés en soportar más cargas.
          Este asunto se refería al traslado del cementerio desde su antiguo emplazamiento, en la parte posterior de la Iglesia Parroquial, lo que conocemos como “el garaje de Casa Betas” al actual, junto a la Ermita de la Virgen del Llano, y que se produjo a finales del siglo XIX, según consta en lápida de piedra situada sobre la puerta de entrada, y que data su construcción en 1898.
         
          El Obispo emprende un tercer viaje pastoral el “7 de junio de 1902, a las 6 de la mañana, en el mixto a Binéfar. Allí en tartana a Tamarite. Llegada a las 10 ¼”.
          Como vemos, viajar en aquella época era realmente pesado  e incómodo, pero nada se oponía al celo pastoral del Obispo Meseguer. También nos ha llamado la atención lo pronto que empezaba su jornada, sin duda para aprovechar más el tiempo, y como un hábito adquirido desde su época de seminarista. Por cierto que nunca agradeceré bastante a la Iglesia la formación recibida en los Seminarios de Barbastro y Huesca –ya colegios diocesanos-, y la vida dura y espartana, en todos los sentidos, que ha contribuido a formar mi carácter y personalidad, a prueba de adversidades…
           Prosigue el Dietario: “10 de junio. A las 9 ½ salida con retraso por la lluvia. Llegada Laguarres 1 ½, visita, plática del Sagrado Corazón de Jesús. Piden 50 duros el Ayuntamiento para reparar la torre, ellos pagan jornales. Se les dice que bien podrán ellos pagarlo. En el cementerio se manda abrir nueva puerta para el civil. Ver que ha hecho el ecónomo anterior de dos cuadros del altar del cementerio que era de la iglesia antigua… Confirmaciones Laguarres: 70”.
          Sorprende ver la alta cifra de confirmados, lo que evidencia también la población de la localidad, de unas seiscientas personas, según los censos. También la “resistencia” del Obispado a aportar dinero para la reparación de la torre de la Iglesia: el pueblo aportaba los jornales correspondientes. Y el interés por separar el cementerio civil del católico, con la apertura de una nueva puerta, a Dios gracias ya clausurada, pues todos somos Hijos del Señor.
          En Laguarres existía una importante comunidad evangélica protestante, dotada de escuela propia, en permanente fricción con la pública, y compitiendo por la “clientela” los dos pastores, el protestante y el católico.
          El Obispo se entera de la desaparición de dos cuadros del altar de la Ermita sita junto al Cementerio, e inicia el proceso canónico correspondiente, explicado en el artículo anterior. Seguramente recibiría las quejas verbales de los vecinos al respecto, posiblemente del propio Concejo municipal…


Laguarres, Julio de 2013.
Ramiro GRAU MORANCHO.

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