España es un paraíso pero sólo para los extranjeros

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Procedo de un país del tercer mundo, donde hay pocas posibilidades laborales y económicas, la riqueza está en muy pocas manos, el gobierno es una dictadura, etc. Y encima mi familia es pobre.
Quiero marcharme, pero no sé dónde, pues todos los países ponen muchas pegas para poder entrar en ellos, conseguir el permiso de trabajo y residencia, etc. Encima no tengo formación, no sé hacer casi nada, salvo las tareas agrícolas y ganaderas, pesca, etc., pero todo de forma manual, artesanal, vamos que difícilmente voy a encontrar trabajo en un país moderno, donde todo se hace con maquinaria.
Unos amigos me han hablado del Paraíso, un país donde puedo vivir gratis, me darán comida y ropa, y encima, con un poco de suerte, podré ligarme a una nativa, con la que tener algún hijo rápidamente, con lo cual al ser padre de un nacional, ya no podrán expulsarme.
Además me han dicho que con solo tres años de residencia ilegal podré pedir la residencia por arraigo, y que basta con cualquier papel para acreditar esa circunstancia: por ejemplo un contrato de teléfono móvil, el alquiler de un piso, o hasta una factura de compra de comida en una tienda…
Según mis amigos, el único peligro es el viaje, que tengo que hacer en patera, pero me dicen que si contacto con las mafias que operan en las costas con el mar Mediterráneo de los países ribereños (Libia, Túnez, Marruecos, etc.), y les pago, ellos se encargarán de avisar a las autoridades del Paraíso, para que vayan a recogernos.
Además, hay unas empresas, que se llaman organizaciones no gubernamentales, que tienen barcos, y se dedican a recogernos por el mar. ¡Claro que también hay que pagarles, en dinero o en “especie”, y usted ya me entiende!
Estas organizaciones están también en combinación con las mafias que operan en los países africanos, y parece ser que comparten el dinero que nos sacan…, aunque no lo sé con certeza, pero eso es lo que dicen los compañeros que han hecho la travesía.
Me han dicho que en ese país, que todos llamamos el Paraíso, cuando bajas de la patera, o del barco de rescate, tienes los siguientes derechos:
– A un abogado de oficio, para que me defienda.
– A un procurador de los tribunales.
– A un intérprete de mi lengua.
(Aunque se el idioma, me han dicho que lo pida igual, y haga ver que no conozca la lengua vernácula, pues así doy trabajo a un compatriota).
A todos ellos les paga el Estado que nos recibe y acoge.
También me darán gratis una tarjeta de asistencia sanitaria, para que no me falte de nada. Los nacionales del Paraíso que trabajan por su cuenta como autónomos tienen que pagar casi trescientos euros al mes para tener asistencia sanitaria, y otras prestaciones sociales, pero a nosotros nos lo regalan todo… ¡La verdad es que no les entiendo!
Después me ingresarán en un centro de internamiento, donde tendré tres comidas calientes al día, calefacción y aire acondicionado, etc.
Aunque yo soy musulmán, y quiero degollar a todos los infieles, hay una organización, que se llama la Iglesia Católica, que deben de ser tontos perdidos, pues nos dan comida, ropa, ayudan a encontrar trabajo, etc.
Yo en realidad no quiero trabajar, que ya he trabajado mucho en la infancia y adolescencia. Lo que quiero es hacerme novio de alguna nacional, para tener un hijo, y así evitar que me expulsen del Paraíso.
Además con la venta de drogas –tengo amigos que pueden facilitarme la mercancía-, dicen que se gana mucho dinero.
O, como soy joven y bien plantado, intentaré liarme con alguna vieja, de esas que andan necesitadas de hombre, que me han dicho que te dan mucho dinero, a cambio de atenderlas sexualmente.
Y mis amigas y compañeras de viaje, que también son jóvenes y guapas, pueden buscarse “amigos” que las mantengan, o incluso atenderles en sus “necesidades” a cambio de dinero, que en el Paraíso todo ello está permitido, y hasta bien visto, socialmente.
En el peor de los casos, me veré obligado a cometer algún delito para poder subsistir. Me han informado que si estoy más de seis meses en la cárcel, a la salida podré cobrar dieciocho meses el paro, con lo cual “soluciono” dos años de mi vida.
(Además las prisiones del Paraíso son similares a un hotel en mi país, pues tienen habitaciones individuales, o para dos personas, duchas con agua caliente, patios de paseo, economatos, y algunas, hasta piscina…).
Hay una organización, que llaman el Banco de Alimentos, que te dan comida gratis, y una institución de los curas llamada Cáritas, que dicen ayuda mucho a los extranjeros, sobre todo a los musulmanes, ateos, etc., y nada a los católicos. ¡La verdad es que no lo entiendo, pues me parece absolutamente contradictorio, pero eso cuentan!
En fin, me arriesgaré. Mañana me embarcaré en la patera que sale a las seis de la mañana. Que Alá me proteja y guíe mis pasos hacia el Paraíso del infiel, que se llama España.
Publicado en La Tribuna de España y La Tribuna de Cartagena (05/07/2018), Alerta Digital y Heraldo de Oregón (06/07/2018) y El Correo de Madrid (07/07/2018)

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