Azcón de los vientos y las multinacionales

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Nuestro amado líder, Jorge Azcón, ha viajado a Estados Unidos para ver, de primera mano, el gigantesco negocio de los centros de datos, que consumen ingentes cantidades de electricidad y agua, y escasamente crean puestos de trabajo…

¡Todo sea por el  progreso, sobre todo por la prosperidad de sus dueños, la mayoría empresas multinacionales!

La otra pata del  progreso azconiano (pan para hoy, y hambre para mañana) son las renovables, entre las que destaca Forestalia, el gigante aragonés, que amenaza con cargarse nuestro paisaje natural, pinares, sierras, etc., y ese motor de la economía rural que es el turismo.

Las granjas de cerdos, que emponzoñan las aguas con los purines,  y el  turismo, pues ¿a quién le apetece irse de vacaciones, a pasar unos días tranquilos al  lado de un molinazo de esos, que no  te dejan ni dormir tranquilo…?

El dueño de Forestalia, bendecido por la comisión de ¿investigación? de las Cortes de Aragón, que ha detectado irregularidades, pero no delitos, ha pasado de la industria porcina a la industria del  viento, sin solución de continuidad.

Y lo mismo podemos decir de la familia Sumelzo, también “bendecida” por numerosas concesiones, sobre las que el “santo laico” Lambán tendría mucho que decir, pero ya se sabe que en Aragón,  y en España, enterramos muy bien.

¿A qué juega Azcón…?

¿De verdad cree que el  futuro de Aragón debe asentarse sobre el  viento y las empresas multinacionales…?

Solo hay que salir de Zaragoza para ver que todo Aragón es un gigantesco desierto,  donde casi no hay ciudades dignas de dicho nombre, únicamente una que supera los 50.000 habitantes, Huesca, y un pueblo grande, llamado Teruel.

Y media docena de localidades, que no me atrevo ni a llamar ciudades, entre 10.000 y 20.000 (escasos) habitantes: Calatayud, Alcañiz,  Barbastro, Jaca, Monzón, Binéfar, y poco más.

Aragón sufre de macrocefalia profunda… Del  millón trescientos cincuenta mil habitantes, más de ochocientos mil vivimos en Zaragoza capital.

Escasamente hay medio millón entre las tres provincias, capitales de Huesca y Teruel, incluidas.

Y el Gobierno de Aragón no solo no corrige, o intenta corregir esta situación anómala, sino que sigue instalando todos sus organismos, empresas públicas y chiringuitos que sirven de pesebre a sus fieles, en Zaragoza capital.

¡Cualquiera día crearán una consejería de despoblación, con sede en Zaragoza capital, faltaría más!

Azcón debería ser argentino. Los argentinos dicen que hay que venderlos por lo que dicen que valen, pero comprarlos por lo que realmente valen…

Mientras tanto, los autónomos, y la pequeña y mediana empresa, languidecen, entre una presión fiscal insufrible, unas normas laborales cada día más intervencionistas, en detrimento de la negociación colectiva, unos incrementos salariales a los que difícilmente pueden hacer frente, y un modelo económica que prima a las grandes empresas y a las multinacionales.

¿Qué podría salir bien…?

Publicado en Periodista Digital (11/11/2025), El Español Digital (12/11/2025) y El Criterio (13/11/2025)

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